LA EPIDEMIA DE TENER LA RAZÓN


Superando la epidemia de tener la razón, alivias el sentimiento de rabia e injusticia y purificas tu alma. Dejar de tener razón es un proceso liberador.




TENER LA RAZÓN

Querer tener la razón es una barrera para amar.
La verdad es tu consciencia. Con ella, puedes observar tu mente pensando, puedes observar tu corazón palpitando de emoción. Y la mente tiene una capacidad increíble para hacer lo que sea; simplemente necesita las directrices correctas; sino perderá los estribos, se volverá loca. Para la mente no hay valores. Para la mente nada tiene significado. Para la mente no hay amor, belleza, gracia... para la mente solo existe la razón.
Recuerda que la rectitud de los rectos nunca es correcta. Los que creen tener la razón casi siempre son estúpidos. La vida es tan compleja y tan sutil que no es tan fácil decidir si tienes la razón o sí el otro está equivocado. De hecho, la persona que tenga un mínimo entendimiento se dará cuenta de que nunca cae en la trampa de la rectitud.
Veamos que nos enseña el Máster Francisco Szasz sobre soltar la razón...

LA EPIDEMIA DE LA RAZÓN

Estamos viviendo en una epidemia de tener razón.
Es impresionante como todo el mundo quiere defender su punto de vista y los argumentos de por qué los demás están equivocados se multiplican. Es cosa de leer las redes sociales para poder palpar la polarización y cómo los argumentos están diseñados para aniquilar el de otra persona.
En este escenario es muy común sentir rabia y vivir con una sensación de injusticia, lo puedes sentir en el ambiente y es muy fácil dejarte llevar por este sentimiento. Lo complejo es que vivir con este sentimiento distorsiona nuestras reacciones y tiene un impacto en nuestras relaciones cercanas y también en como me relaciono con la comunidad. Aparecen los enemigos en todas partes.
«Dejar de tener razón es uno de los procesos más liberadores que existen. Alivias el sentimiento de rabia e injusticia y purificas tu alma.»
He visto a muchos maestros enseñar esto, pero creo que es algo difícil de captar. Normalmente recomiendan escuchar el punto de vista de la otra persona sin interrumpir, para después manifestar el tuyo. En un proceso tranquilo donde ambas partes se escuchan y practican algo así como “este es tu punto de vista y este es mi punto de vista”. Esta práctica, aunque alivia la tensión entre las partes, no logra disminuir la rabia. Mientras siga viendo al otro como otro, como algo ajeno a mí, seguirá siendo “el otro punto de vista” que amenaza lo que yo creo que está bien.

¿CÓMO ME SALGO DE ESTO?

Te propongo otra alternativa.

DESENAMORARTE DE TUS IDEAS

Lo primero que requieres practicar es desenamorarte de tus ideas.
O sea, no estar tan apegado a tus puntos de vista como para poder cuestionarlos y caminar hacia una zona neutral. O sea, poder observar tus ideas y creencias desde un lugar neutro, entendiendo que no son la verdad, sino simplemente una interpretación de algo.

ESCUCHAR EL OTRO PUNTO DE VISTA

El segundo paso es escuchar el otro punto de vista, pero escuchar verdaderamente.
A qué me refiero con esto. A que no sólo dejes entrar en silencio interno las palabras de la otra persona, si no que puedas entender y validar por qué la otra persona está diciendo lo que sea que esté diciendo. Entender la naturaleza de su punto de vista desde un lugar neutro y fundamentalmente entender la raíz emocional de su manera de pensar. La mayoría de las personas que defienden algo, lo hacen por miedo a lo que va a pasar si se hace algo distinto a lo que ellos creen que está correcto. Cuando no entiendo esto, el miedo de la otra persona despierta mi propio miedo y ambos queremos defendernos y atacar. Defender lo que yo creo y atacar al otro porque lo amenaza.
«En un mundo de polarización, practica la paz de soltar de tu querer tener razón y entender que al fin del día todos somos humanos.»

INTERPRETATIVO

El proceso interpretativo de la razón para entender la realidad.
Creo que una de las competencias más complejas de captar para alguien que se dedica a orientar a otros o alguien que está a cargo de grupos de trabajo y su función es crear una mayor armonía en sus colaboradores, es crear la conciencia que cómo seres humanos vivimos en un proceso interpretativo.
Creemos ver una realidad que percibimos como “La Verdad”, pero somos inconscientes que lo que alcanzo a captar es sólo una parte, lo poco que mis sentidos y mis significados me permiten hacer. Literalmente es como si la realidad fuera un rompecabezas y yo solo puedo ver unas cuántas piezas de la imagen completa.
Lo complejo es que la mayoría actúa como si esas pequeñas piezas que podemos ver fueran la película completa. Hoy vivimos en una epidemia de tener la razón y como orientador es fundamental soltar la arrogancia de pensar que nosotros sabemos cuál es esa realidad, la soberbia de pensar que yo como maestro sí veo toda la escena.
Desde este lugar neutro podemos apoyar a nuestros alumnos a captar qué piezas del rompecabezas están viendo y cómo ese proceso de captar sólo esa parte de la realidad está dirigido a tener razón con respecto a algo. Todo el tiempo le estamos dando un significado a las cosas y ese significado está completamente relacionado con los resultados que logro.
Uno de los talentos que puedes desarrollar el maestro como una manera de servir a tus alumnos es apoyarlos a descubrir ese proceso de interpretación y cómo éste se traduce en resultados concretos. Para esto, te recomiendo siempre estar consciente de tu propio proceso interpretativo y entender cuando se está metiendo en tu relación de maestro.
«Soltar tu “tener razón” como maestro, para ser un espacio de descubrimiento neutro para tus alumnos.»

LA CREATIVIDAD

Al soltar tu “tener razón” viene el proceso de creatividad.
La vida es un proceso creativo. Si fuéramos capaces de ver cada día como una oportunidad para crear algo que no existe, estaríamos libres para movernos hacia nuestros propósitos sin el pesado yugo del pasado ni la extenuante presión del futuro, ya que lo que ocurrió ayer no existe, lo que ocurrirá mañana aún no existe, y lo que sea que manifieste en mi realidad ahora es algo único e irrepetible.
Vivimos atrapados en la ilusión de un continuo, entre ayer, hoy y mañana. Hablamos con las personas de nuestra vida trayendo todo el peso del pasado a esta relación, incluso de todas las relaciones que he tenido. Trabajamos, hablamos, reaccionamos como si lo que ayer fue sigue existiendo, presionados por la ansiedad de todo lo que queremos que sea.
Te propongo un día de creación.
Desde la libertad absoluta, juega a que cada momento y cada acción la estás haciendo por primera vez. Juega a conocer a cada persona que está en tu vida, sin historia, sin ansiedad. Tómate el momento para notar sus rostros, su expresión. Para verdaderamente mirar y sentir a las personas de tu vida en la creación de un momento único e irrepetible. Juega a trabajar, crear, mirar, caminar, leer, comer disfrutar como un regalo donde tienes la oportunidad de vivenciar el extraordinario poder creativo que significa vivir la vida.
Ahora ya estas mas cerca de que la felicidad fluya en ti...

LA FELICIDAD

El proceso simple de disfrutar todo lo que “SI” tienes.
Podríamos definir el nivel de satisfacción o felicidad de un ser humano como la distancia que existe entre lo que sueña y desea, y lo que vive en su día a día. A mayor distancia, menor satisfacción. A menor distancia mayor felicidad.
Mucha gente vive en una combinación de sentimientos de frustración por no poder tener las cosas que desean y la culpa por no hacer todo lo que “debería” hacer para obtenerlas. Viendo las imágenes de celebridades e influencias en Instagram, FaceBook o medios con sus cuerpos soñados y su estilo de vida, surge la ansiedad por cómo ha pasado el tiempo y no logro obtener las cosas que quiero.
La mayoría maneja esto con una estrategia de resignación, diciendo cosas como “así soy feliz”“para qué quiero más”. La resignación es de los venenos más poderosos, mata lentamente la pasión y el espíritu. Nos deja con una desesperanza constante, aceptando la mediocridad como una manera de vida.
Te propongo otra alternativa.
En vez de resignarte y pensar que nunca vas a tener esa vida de sueños, por lo que tu percepción entre lo que quieres y vives es enorme, que tal si comienzas a considerar que cada cosa que vives a diario es exactamente lo que quieres vivir. En vez de vivir atascado en esa mezcla de frustración y culpa por todo lo que no tienes, comienza a disfrutar de todo lo que si tienes.
Aunque la vida de los demás parezca soñada, todos experimentamos estas sensaciones. Por más perfecta que sea tu vida, siempre puedes estar conectado con la sensación que algo te falta. Entonces no es conseguir lo que crees que te falta lo que te va a hacer sentir bien. Es más, en tu sentir todo eso que te falta, con todos los sentimientos negativos que conlleva, te vas a alejar cada vez más de conseguirlo.
A medida que aprecies lo que vives, que disfrutes tu vida y todo lo que existe en ella, se liberará en ti la sensación de libertad y poder que son los elementos fundamentales de la creatividad. Así podrás crear todo lo que sueñas sin la pesada carga de que algo te falta y soltando el veneno de la resignación de creer que estás viviendo una vida que no es la que sueñas.
«Superando la epidemia de tener la razón, alivias el sentimiento de rabia e injusticia y purificas tu alma. Dejar de tener razón es un proceso liberador.»
Francisco Szasz

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