LA ESENCIA DE LA VERDADERA PAZ
LA ESENCIA DE LA VERDADERA PAZ
13/12/2017
CATEGORIA N° 30 CONOCIMIENTOS y PAZ
El culto se convierte en hipocresía cuando estáis cultivando las causas de la guerra; vuestras oraciones os conducen a la ilusión si os entregáis en brazos del odio y la mundanalidad.
Si no borráis en vos mismo las causas de enemistad, de ambición, de codicia, entonces vuestros dioses son dioses falsos que os llevarán a la miseria. Sólo la buena voluntad y la compasión pueden traer orden y paz al mundo y no los pactos políticos y las conferencias.
Debéis pagar el precio de la paz. Debéis pagarlo voluntaria y dichosamente y ese precio es estar libre de concupiscencia y mala voluntad, mundanalidad e ignorancia, prejuicio y odio.
Si hubiese tal cambio fundamental en vos, podríais contribuir a la existencia de un mundo pacífico y sano. Para tener paz debéis ser compasivo y reflexivo.
Podréis no ser capaces de evitar la Tercera Guerra Mundial, pero podéis libertar vuestro corazón y mente de la violencia y de las causas que producen la enemistad e impiden el amor.
Entonces en este mundo de obscuridad habrá algunos que sean puros de corazón y mente y de ellos tal vez venga a nacer la semilla de una cultura verdadera. Purificad vuestro corazón y mente, porque sólo por vuestra vida y acción puede haber paz y orden.
No os perdáis y quedéis confusos dentro de las organizaciones, sino manteneos por completo sólo y sencillo. No busquéis meramente evitar la catástrofe, sino más bien que cada uno desarraigue profundamente las causas que alimentan el antagonismo y la contienda.
Si no borráis en vos mismo las causas de enemistad, de ambición, de codicia, entonces vuestros dioses son dioses falsos que os llevarán a la miseria. Sólo la buena voluntad y la compasión pueden traer orden y paz al mundo y no los pactos políticos y las conferencias.
Debéis pagar el precio de la paz. Debéis pagarlo voluntaria y dichosamente y ese precio es estar libre de concupiscencia y mala voluntad, mundanalidad e ignorancia, prejuicio y odio.
Si hubiese tal cambio fundamental en vos, podríais contribuir a la existencia de un mundo pacífico y sano. Para tener paz debéis ser compasivo y reflexivo.
Podréis no ser capaces de evitar la Tercera Guerra Mundial, pero podéis libertar vuestro corazón y mente de la violencia y de las causas que producen la enemistad e impiden el amor.
Entonces en este mundo de obscuridad habrá algunos que sean puros de corazón y mente y de ellos tal vez venga a nacer la semilla de una cultura verdadera. Purificad vuestro corazón y mente, porque sólo por vuestra vida y acción puede haber paz y orden.
No os perdáis y quedéis confusos dentro de las organizaciones, sino manteneos por completo sólo y sencillo. No busquéis meramente evitar la catástrofe, sino más bien que cada uno desarraigue profundamente las causas que alimentan el antagonismo y la contienda.
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